Kasbah Telouet, en Marruecos




Quién se decida a hacer rutas por Marruecos, y quiera visitar la Kasbah Telouet, deberá pasar por el valle de Ounila y el Tizi’n Telouet, ya que es el paso natural más común para cruzar el Alto Atlas y llegar a Marrakech.
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El Valle de Ounila es la dirección natural para quienes se dirigen hacia:
el desierto de Erg Chebbi, el Sahara de Marruecos
Las rutas por Marruecos de las antiguas caravanas de comercio, provenían de la África subsahariana y se dirigían a Casablanca, Marrakech, Essaouira, pasando por el valle de Ounila y Telouet, lo que convirtió a los Glaoua (los habitantes de esta región) en un poblado poderoso, al controlar el paso de montañas y ser los únicos que ofrecían escolta y abastecimiento a las grandes caravanas. Como es normal, en aquella época, era muy frecuente el bandidaje, a la espera de asaltar alguna caravana, y más teniendo en cuenta, que gran parte de la ruta se hacía por territorios sediciosos, los cuales no estaban sujetos a la autoridad del sultán.
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Viniendo desde la maravillosa Kasbah Aït Ben Haddou y el valle de Ounila, se construyeron decenas de Kasbah y Ksar que vivían fundamentalmente de ocuparse de salvaguardar las caravanas comerciales que pasaban por sus tierras y tuvo especial importancia la llanura de Telouet, por su situación estratégica, ya que se encuentra a 1870 metros de altitud entre laderas y barrancos que conducen al paso de Telouet.
La familia de los Glaoui ha dejado un gran legado en el sur Marruecos, aunque lamentablemente muchas de estas Kasbah se encuentran hoy en día en ruinas, siendo una verdadera lástima que las autoridades competentes del país, dejen que se desvanezcan sin hacer nada por ellas.
El Valle de Ounila es una zona preciosa, poco transitada y llena de encanto, que serpentea entre montañas rojizas, pueblos bereberes y antiguos palmerales. A lo largo del recorrido, el paisaje cambia constantemente: kasbahs escondidas entre los valles, cultivos en terrazas y caminos que parecen perderse en el tiempo.
Este valle fue en su día una importante ruta comercial que unía Marrakech con el Sahara, y hoy permite disfrutar de una experiencia auténtica, donde se percibe la vida rural marroquí en su estado más puro. Es un tramo ideal para quienes buscan conectar con la esencia del país antes de adentrarse en el desierto.
Kasbah Telouet
En el valle de Ounila, se encuentra la Kasbah de El Glaoui, popularmente conocida como la Kasbah Telouet, fue sin duda la Kasbah más destacada y lujosa de los Glaoui, ya que era la residencia habitual del pachá, el último señor del Atlas, y como os podéis imaginar, vivía rodeado de lujuria y fastuosidad.
Se dice que esta Kasbah fue construida por más de 300 personas durante cinco años seguidos, se construyó sobre los cimientos de una antigua Kasbah y un "funduq", o sea un albergue.
A simple vista, con solo una mirada, uno puede imaginarse la cantidad de artesanos que debieron de pasar por ahí. se pueden apreciar verdaderas filigranas de artesanía, como los techos de madera de cedro, delicadamente tallados y policromados, o paredes enyesadas por verdaderos artistas, suelos de mármol, vidrieras, cristaleras, grandes columnas revestidas de zellig que aguantan todavía hoy, aquel esplendor.
La visita guiada a la Kasbah Telouet, en la actualidad
Si se hace la visita guiada, os encontraréis al simpático Rachid, este os enseñará la parte de la Kasbah que todavía está en pie, hay un lado que está totalmente en ruinas y no dejan pasar por el peligro de derrumbe.
Antes del terremoto, que sacudió Marruecos en septiembre de 2023, las zonas de visita eran la entrada, que daba a un patio interior que accedía al dormitorio principal, al harén y a la terraza.
Hoy por hoy, solo es posible visitar el exterior, y el pequeño importe de la entrada se destina íntegramente a colaborar en su reconstrucción y mantenimiento.
Rachid, el guía local, es un apasionado de esta Kasbah; ha crecido escuchando las historias que guardan sus muros y transmite con entusiasmo cada detalle de su pasado. Gracias a él, la visita se convierte en un viaje al corazón de la historia bereber, reviviendo las épocas en que esta fortaleza era un punto estratégico en las rutas comerciales que unían el Sahara con el norte de Marruecos.
Su conocimiento y cariño por el lugar hacen que cada visita cobre vida y se sienta como un homenaje a la memoria de quienes habitaron este magnífico rincón.

