Kasbah Telouet, en Marruecos












Quien se decida a hacer rutas por Marruecos, y quiera visitar la Kasbah Telouet, deberá pasar por el valle de Ounila y el Tizi’n Telouet, ya que es el paso natural más común para cruzar el Alto Atlas y llegar a Marrakech.
Las rutas por Marruecos de las antiguas caravanas de comercio, provenían de la áfrica subsahariana y se dirigían a Casablanca, Marrakech, Essaouira, pasando por el valle de Ounila y Telouet, lo que convirtió a los Glaoua (los habitantes de esta región) en un poblado poderoso, al controlar el paso de montañas y ser los únicos que ofrecían escolta y abastecimiento a las grandes caravanas, como es normal en aquella época, era muy frecuente el bandidaje, a la espera de asaltar alguna caravana, y más teniendo en cuenta que gran parte de la ruta se hacía por territorios sediciosos, los cuales no estaban sujetos a la autoridad del sultán.
Viniendo por la ruta desde la maravillosa Kasbah Aït Ben Haddou y el valle de Ounila, se construyeron decenas de Kasbahs y Ksar que vivían fundamentalmente de ocuparse de salvaguardar las caravanas comerciales que pasaban por sus tierras y tuvo especial importancia la llanura de Telouet, por su situación estratégica, ya que se encuentra a 1870 metros de altitud entre laderas y barrancos que conducen al paso de Telouet.
La familia de los Glaoui ha dejado un gran legado en el sur Marruecos, aunque lamentablemente muchas de estas Kasbahs se encuentran hoy en día en ruinas, siendo una lástima que las autoridades competentes del país dejen que se desvanezcan sin hacer nada por ellas.
En el valle de Ounila, se encuentra la Kasbah de El Glaoui, popularmente conocida como la Kasbah Telouet, fue sin duda la Kasbah más destacada y lujosa de los Glaoui, ya que era la residencia habitual del pachá, el último señor del Atlas, y como os podéis imaginar, vivía rodeado de lujuria y fastuosidad. Se dice que esta Kasbah fue construida por más de 300 personas durante cinco años seguidos, se construyó sobre los cimientos de una antigua Kasbah y un "funduq", o sea un albergue. Únicamente cuando se visita, uno puede imaginarse la cantidad de artesanos que debieron pasar por ahí, se pueden apreciar verdaderas filigranas de artesanía, como los techos de madera de cedro, delicadamente tallados y policromados, o paredes enyesadas por verdaderos artistas, suelos de mármol, vidrieras, cristaleras, grandes columnas revestidas de zellig que aguantan todavía hoy, aquel esplendor.
Si se hace la visita guiada, os encontraréis al simpático Rachid, este os enseñará la parte de la Kasbah que todavía está en pie, hay un lado que está totalmente en ruinas y no dejan pasar por el peligro de derrumbe. Las zonas para visitar son la entrada a un patio interior que accede al dormitorio principal, al harén y la terraza.
La entrada, cuesta 20 dírhams y siempre que queráis dejar propina, sabed que será muy bien aceptada.
Dromedario Volador espera que llegue el día, en qué algún ministro de cultura de Marruecos crea oportuno preservar y restaurar la Kasbah de Telouet, porque es una lástima que monumentos así, se deshagan como terrones de azúcar en una taza de café.