4 cosas para no perderse en Marrakech
La ciudad de Marrakech, llamada también la ciudad roja, está dividida en dos partes, por un lado, decimos que es la ciudad vieja, que es donde se encuentra el zoco (medina) y por otro lado la zona nueva, que se trata del barrio de Gueliz.
Si vosotros vais a viajar a Marrakech y vais a estar unos días de rutas por Marruecos, os aconsejamos 4 cosas para no perderos en Marrakech.
1- Respirar el ambiente de la plaza de Jemaa el Fna:
Si os encontráis en Marrakech, tendréis la impresión de que todas las calles conducen a la famosa plaza de Jemaa el Fna, en realidad, es como si fuera el corazón de la ciudad. Esta plaza es de visita obligatoria, ya no por lo que en realidad es en sí la plaza, si no por el ambiente que se respira, un hervidero de humanidad, sobre todo cuando empieza a caer el sol.
La plaza de Jemma el Fna, es una de las plazas más grande del mundo, que se caracteriza por su frenética “locura” de humanidad.
2 - La tranquilidad de los jardines de Menara:
Marrakech, es una ciudad un tanto caótica, por lo que muchas veces se agradece apartarse y dejar a un lado ese sin parar de gente, y he aquí, donde poder disfrutar de tranquilidad, en los jardines de Menara.
Los jardines de Menara fueron creados por los monarcas almohades a mitad del siglo XII, en un terreno de varias hectáreas con árboles frutales y olivos, que rodea un estanque artificial, construido al tiempo que los jardines y con un trabajo de ingeniería medieval.
Este estanque se alimenta de un acueducto subterráneo que lleva las aguas del Alto Atlas.
Los atardeceres en los jardines de Menara son tranquilos y relajantes.
3- Contemplar la arquitectura de la Madrasa de Ben Youssef:
Si hay algo bonito de visitar en es sin duda, acercarse a contemplar la arquitectura de la madrasa de Ben Youssef, una de las cosas para no perderse en Marrakech. He de decir que se encuentra en fase de restauración y este año 2020, vuelve a abrir sus puertas, para que podamos disfrutar de ella. La Madrasa de Ben Youssef, es una escuela coránica, fundada en el siglo XIV bajo la dinastía de los Marinida y reconstruida con un nuevo estilo arquitectónico en el período de la dinastía de los Saadies. Fue un importante centro educativo en el mundo musulmán.
Entrar en la Madrasa de Ben Youssef es un deleite para la vista, donde cualquier ornamentación no escapa a nuestros ojos: estucos, mosaicos, madera tallada, etc.
4 - Visitar el Palacio el Badi:
La majestuosidad del Palacio el Badi, se respira por cada rincón, por sus jardines, salas y terrazas, aunque hoy, ya solo quedan unos pocos restos de la majestuosidad que un día debió de ser, porque la historia… igual que construye… destruye, y esto es lo que le pasó al Palacio el Badi, la avaricia y la maldad del sultán alauí, Moulay Ismail, acabó con los días de gloria de este sensacional palacio en Marrakech.